La historia se remonta a un largo camino - La primera lámpara de araña se remonta a la Edad Media, y era una versión muy simple con velas de cera en una cruz de madera que se izó hasta el techo. A finales de la Edad Media, los experimentos habían comenzado con colgaduras de anillos y metal, y gradualmente comenzó a reservarse para que los ricos y nobles tuvieran una lámpara de araña. A finales de la década de 1600, los candelabros se habían vuelto grandes, ornamentados, dorados y con muchas fuentes de luz, y fueron donados a las iglesias por los nobles. Muchas de las viejas lámparas de araña todavía cuelgan allí hoy, recordando los viejos tiempos. Más tarde, se agregaron candelabros de prisma, y hoy vemos muchos de los candelabros de prisma más antiguos en los antiguos teatros y museos.
Desde cruces de madera, hasta lámparas de araña de latón barrocos hasta hoy: ¡todo está permitido! Hoy en día, una lámpara de araña ya no es un estuche de 7 brazos, romántico, pesado e intrincado, sino que puede ser simple y endeble, pero también de gran tamaño y loco. Pueden agregar borde y carácter a tu hogar, y ser un punto focal para tu decoración.