Nació: en 1924- falleció en 1999.
Obras conocidas: la serie The Mantis Profesión: escultor.
Historia de vidaBernard Schottlander nació en Alemania más precisamente en Mainz y se mudó a Inglaterra en 1939. Después de haber hecho el servicio en la armada británica en India aprendió técnicas de soldar y después la línea de arte en Leeds College of Art seguido de Anglo-French art centre en St John’s Wood en una beca.
Bernard Schottlander se describía a sí mismo como diseñador cuando se trataba de lo interior pero como escultor cuando se trataba de lo exterior. Después de muchos años de éxitos como diseñador industrial Bernard Schottlander decidió concentrarse de las esculturas. A fines de los años cincuenta estableció un taller al norte de Londres dónde tenía a George Nash como su asistente aplicado por muchos años. Desde 1965 hizo clases de trabajos de metal en el St Martins School of Art. En este mismo año fue parte del grupo Six Artists på Institute of Contemporary Arts en Londres y en 1966 tuvo su primera exposición solista en Hamilton galleries que también está ubicado en Londres. Bernard Schottlander admiraba a Alexander Calder e inspirado por esto creó la serie de lámparas Mantis. Movimiento está profundamente impregnado en todo lo que él creaba: un artista un ingeniero y sobre todo una persona que arregla cosas. ideó un sistema ingenioso de contrapeso qué fue combinado con una serie de barras de metal fuertes y flexibles. También las pantallas son completamente únicas que al igual que un acróbata está tendido de una manera elegante y con soltura. Las pantallas se hacen en aluminio con la ayuda del llamado ”spinning and chasing techniques” qué está sólidamente fundada en la colección de habilidades del trabajador de metal. A está sólida artesanía Bernard Schottlander agrego sus capacidades como escultor que creó un movimiento de forma espiral dónde lo asimétrico y lo simétrico está en juego. La luz con su eterno juego entre balance y desequilibrio revela algunos de los secretos detrás de lo que denominamos “forma firme” y “vacío”. Y al igual que los móbiles que Alexander Calder hacía las lámparas Mantis aparecen resistirse a la fuerza de gravedad. La esencia de poesía de los objetos es una invitación para entrar a un mundo de sueños de una elegancia bien pensada y bien equilibrada.
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